Cómo cuidar tu sartén de fierro fundido para que dure toda una vida

Los sartenes y utensilios de fierro fundido son bastante pesadas pero un  excelente aliado para cocinar todo tipo de alimentos. Se pueden usar sobre el fuego de la cocina a gas, en vitrocerámica, dentro del horno, incluso sobre las brasas y la parrilla en exterior.

Cómo mencionamos al comienzo, estas te pueden acompañar durante toda la vida, si es que los cuidas bien. Por esto es importante seguir de manera correcta los pasos del lavado.

Siempre que compres un sartén o utensilio de fierro fundido se recomienda curarlo ya que es como ponerle una capa protectora para que no se oxide y quede con una superficie antiadherente natural.

Cómo curar una sartén de fierro fundido nueva:

1. Limpieza: Lava el sartén con agua caliente y un poco de jabón suave (evitar líquidos abrasivos)
2. Bañarla en aceite: Cubre todo el sartén con una capa generosa de aceite vegetal (como la de maravilla).
3. Hornearla: Métela al horno a 200°C durante al menos una hora.
4. Dejarla enfriar: Déjala enfriar dentro del horno.

Si tienes una plancha con mango de madera, para el curado, debes evitar el horno y calentar la plancha en la cocina a fuego lento durante algunos minutos.

Paso a paso para el lavado:

1. Lavado: Caliéntala un poco, échale sal gruesa y pásale una esponja o paño (evitar esponjas metálicas o muy abrasivas). Enjuágala con agua caliente y sécala al tiro.
2. Si está muy sucia: Hiérvele agua con sal para soltar la comida pegada.
3. Olvídate del jabón: El jabón le quita la protección. Úsalo solo si es muy necesario y vuelve a curarla después.
4. Secarla: Sécala lo más rápido posible después de lavarla para evitar que se oxide.
5. Engrasarla: Después de cada uso, ponle una capa delgada de aceite.